Estamos en los pequeños momentos. Los de cada día y los sorprendentes. Los buenos y los no tan buenos. Los que pasan en un abrir y cerrar de ojos. Nos encantan todos los pequeños momentos. Para los niños nunca son pequeños, especialmente cuando los comparten contigo. Duran un instante, pero lo dicen todo. Son mágicos. Porque lo que a nosotros nos puede parecer pequeño, significa mucho para ellos.