El chef Øyvind Bøe Dalev (restaurante ‘Flamme Burger’, de Oslo y Bergen) ha sorprendido en el IX Campeonato Internacional de Tapas celebrado ayer en Valladolid con una propuesta gastronómica delicada y excepcional (“La Reina del Mar”) donde brilla el ‘buey de mar’ procedente de las gélidas y cristalinas aguas de Noruega, que le ha valido el tercer puesto.
Esta edición del Campeonato Internacional ha contado con un total de 16 finalistas procedentes de países como Alemania, Australia, Canadá, Corea del Sur, España, Estados Unidos, Indonesia, Malasia, México, Noruega, Nueva Zelanda, Reino Unido, Sudáfrica, Tailandia, Taiwán o Uruguay.
Øyvind Bøe Dalelv es un chef noruego con una trayectoria muy destacada: hace casi 10 años ya ganó el mismo campeonato con un plato de bacalao seco y tupinambo, dando gran visibilidad a la gastronomía y a los productos del mar noruegos en el mercado español, ha recordado el Consejo de Productos del Mar de Noruega en España, cuyo patrocinio ha sido esencial para asegurar su presencia en el prestigioso certamen gastronómico de Valladolid.
El chef ha mostrado su satisfacción por el resultado obtenido en el IX Campeonato Internacional de Tapas que acoge Valladolid, una ciudad que se ha consolidado en su opinión como capital gastronómica de primera magnitud, tras valorar su apuesta decidida por los productos del mar de Noruega que tanto brillan en su cocina. “Para mí ha sido un enorme placer poder unir la tapa española con los mejores ingredientes de mi tierra”, ha apostillado Bøe Dalev.
“Estamos ante uno de los mejores chefs europeos del momento, aunque su juventud, pasión y compromiso con la buena cocina le depara un futuro prometedor en el olimpo de la gastronomía mundial”, ha valorado el director del Consejo en España, Tore Holvik.
Bøe nació y creció en Bodø, en el norte de Noruega y “la comida siempre estuvo en el centro de mi infancia: una familia de amantes de la comida, reuniéndose en torno a platos tradicionales de Lofoten, creando recuerdos que forjaron mi amor por la cocina. Esos sabores y esos momentos de siguen conmigo hoy, y continúan inspirando mi forma de cocinar”, ha rememorado.
Después de la escuela culinaria de Bodø, empacó sus cuchillos y se dirigió al sur, a Oslo. Su primer paso real en el mundo profesional fue como aprendiz en el ‘Statholdergaarden’, un orgulloso restaurante con estrella Michelin donde la disciplina, la precisión y el respeto por los ingredientes de eran una forma de vida. “Fue intenso, inspirador y el lugar perfecto para aprender lo que realmente se necesita para triunfar como chef”, recuerda.
Por esa misma época, el Equipo Culinario Noruego se estaba formando de nuevo y le dieron la oportunidad de unirse a él. De repente, estaba rodeado de algunos de los chefs más ambiciosos del país, entrenando y compitiendo al más alto nivel. “Aquellos años me enseñaron más de lo que podía imaginar, no sólo sobre cocina, sino también sobre mí misma. Las competiciones se convirtieron en algo más que un reto; se convirtieron en una forma de vida. Superar los límites, aprender a pensar bajo presión, trabajar en equipo, estar solo en el escenario... todo ello me formó como chef y como persona”, ha valorado.
Hoy dirige sus propias empresas en Oslo, ya que trabaja como consultor, chef privado y en catering y cenas para eventos. Asimismo, tiene una pequeña hamburguesería. Y aunque le encanta crear experiencias gastronómicas únicas para la gente, “nunca he dejado de lado la competición: sigue siendo mi campo de crecimiento, creatividad y pasión”. “La cocina siempre ha sido mi lenguaje. Es la forma en que comparto de dónde vengo, quién soy y adónde quiero ir. Cada plato es un pedacito de esa historia”, concluye el chef.
La Sociedad Mixta para la Promoción del Turismo de Valladolid, del Ayuntamiento de Valladolid en colaboración con la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Valladolid, han organizado el XXI Concurso Nacional de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid; y el IX Campeonato Internacional de Tapas, que se han celebrado del 10 al 12 de noviembre en la Cúpula del Milenio, a orillas del río Pisuerga.