Cuando Dani fundó Casa Amella en el garaje de sus tíos allá por 2002, en Castellterçol, quería compartir con más gente el privilegio al que él tenía acceso: una cocina saludable a base de productos del pueblo cultivados con mimo y respeto por la tierra.

Los aromáticos guisos que su madre, Carmen, preparaba siguiendo la tradición de la abuela María Josefa, lograron que Dani apreciara la comida casera desde niño.

Mientras que las jornadas en la naturaleza con el abuelo Isidre, agricultor, y el abuelo Francisco, un enamorado de los animales aficionado a ir de caza sin pegar un solo tiro, le enseñaron de dónde venían los ingredientes de su plato y la importancia de cuidar el entorno.

Gracias a estas experiencias, Casa Amella reúne lo mejor de dos mundos:

  • Una cocina vegetal casera y sana sin aditivos. En nuestra cocina sólo utilizamos la cocción al vapor, así conseguimos conservar mejor todas sus maravillosas propiedades, un sabor único y una textura inigualable. Cocinamos los alimentos con el mismo cariño que los elaborarías tú.
  • El respeto por la tierra y las personas que la trabajan. Como Pau, que recoge sus verduras empleando a jóvenes en riesgo de exclusión social en Manresa. O Manuel, cuya familia ha trabajado durante generaciones el mismo terreno donde cosecha sus legumbres bio.