La ultracongelación de verduras permite aprovechar hasta un 95% de la materia prima
  • Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, aproximadamente un tercio de los alimentos producidos en el mundo se pierde o desperdicia a lo largo de la cadena de suministro.
  • Las verduras ultracongeladas son un gran aliado para reducir el desperdicio alimentario, ya que permiten un consumo más planificado: su utilización a conveniencia y siempre en la cantidad necesaria deseada, pudiendo guardar la cantidad restante del envase para otra ocasión.
  • Gracias a la innovación e investigación del sector, se están llegando a nuevas aplicaciones y valorización de subproductos, más allá de la alimentación animal, utilizándose para nuevos desarrollos cosméticos o farmacéuticos.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura -FAO, por sus siglas en inglés- aproximadamente un tercio de los alimentos producidos en el mundo, equivalente a 1.300 millones de toneladas al año, se pierde o desperdicia a lo largo de la cadena de suministro[1].

Ante esta realidad, desde la Asociación Española de Fabricantes de Vegetales Congelados, ASEVEC, se reivindica el papel de la industria agroalimentaria como agente proactivo en la sostenibilidad alimentaria y la economía circular.

El proceso de ultracongelación de verduras destaca por su capacidad de optimizar y minimizar el desperdicio en todas las etapas de producción. Y es que, el proceso industrial de ultracongelación de vegetales permite aprovechar entre un 85% y un 95% del peso total de la materia prima, según estudios recientes[2][3], aunque estos porcentajes pueden variar dependiendo del tipo de vegetal y del proceso exacto.

Durante la recolección se seleccionan vegetales en su punto óptimo de maduración. Durante el proceso de transformación, las partes no comestibles, como tallos o cáscaras, suelen redirigirse para la alimentación animal, la creación de compost o la producción de biocombustibles, disminuyendo el desperdicio orgánico de forma eficiente.

Además, estudios como los realizados sobre el brócoli subrayan cómo las técnicas de ultracongelación mantienen el valor nutricional del producto y reducen el desperdicio: por ejemplo, el brócoli procesado industrialmente aprovecha tanto sus flores comestibles como los subproductos, que pueden ser destinados a fines secundarios como la extracción de antioxidantes o la elaboración de alimentación animal.

Por otro lado, gracias a la innovación e investigación del sector, se están llegando a nuevas aplicaciones y valorización de subproductos, más allá de la alimentación animal, utilizándose para nuevos desarrollos cosméticos o farmacéuticos.

“El proceso de ultracongelación de las verduras es muy minucioso y de una gran calidad. Está diseñado para aprovechar la materia prima al máximo.”, destaca Álvaro Aguilar, secretario general de ASEVEC.

Reducir el desperdicio alimentario desde el hogar

Las verduras ultracongeladas también son un gran aliado para reducir el desperdicio alimentario en el hogar. Las verduras ultracongeladas son un producto, ya limpio, cortado y listo para cocinar, lo que permiten utilizar solo la cantidad necesaria, mientras que el resto puede mantenerse en el congelador sin perder calidad ni nutrientes.

Otro beneficio clave de las verduras congeladas es su versatilidad. Desde guarniciones rápidas hasta ingredientes para sopas, guisos o ensaladas, estos productos ofrecen soluciones prácticas y sostenibles para la cocina diaria.

“Desde la industria existe un compromiso real con la sostenibilidad, la innovación y la reducción del desperdicio alimentario. En términos de sostenibilidad, las verduras y soluciones ultracongeladas permiten mantener la calidad del producto desde el campo hasta la mesa”, concluye Aguilar.

ASEVEC recomienda el consumo de verduras congeladas, por sus excelentes características nutricionales y también por la practicidad y versatilidad en la cocina.


* Zhan, X., Zhu, Z., & Sun, D.-W. (2019). Effects of pretreatments on quality attributes of long-term deep frozen storage of vegetables: A review. Critical Reviews in Food Science and Nutrition, 59(14), 2295-2310. https://doi.org/10.1080/10408398.2018.1496900

* Tylewicz, U., Aguzzi, A., Cocci, E., & Rosa, M. D. (2022). A sustainable approach to frozen foods: The influence of the freezing process on the nutritional value of fruits and vegetables. Frontiers in Nutrition, 9, 829061. https://doi.org/10.3389/fnut.2022.829061

* James, S. J., & James, C. (2020). The food cold-chain and climate change. Foods, 9(7), 857. https://doi.org/10.3390/foods9070857