- El último barómetro de AECOC realizado en colaboración con Phenix sobre el desperdicio revela que el 36% de la población admite tirar alimentos en sus hogares.
- Phenix, empresa especializada en la gestión de excedentes, comparte una serie de recomendaciones para una gestión más responsable y sostenible.
El desperdicio alimentario afecta a toda la cadena de valor, desde el hogar hasta el punto de venta. Aunque una parte significativa se produce en los hogares; tal y como refleja el último barómetro de AECOC en colaboración con Phenix, que señala que el 36 % de la población admite tirar alimentos; los supermercados y otros establecimientos también tienen un papel clave. No solo pueden optimizar su propia gestión de excedentes, sino que, por su cercanía con el consumidor, son un espacio estratégico para sensibilizar, educar y fomentar hábitos de compra más responsables que contribuyan a reducir el desperdicio.
En el marco del Día Mundial de la Tierra, que se celebra esta semana, Phenix, empresa especializada en la reducción del desperdicio alimentario, señala que es crucial poner el foco en uno de los grandes desafíos medioambientales de nuestro tiempo.
Desde Phenix advierten sobre la necesidad de adoptar medidas eficaces para evitar que toneladas de alimentos terminen en la basura, un reto que implica tanto a consumidores como a empresas y administraciones. Solo mediante el compromiso conjunto será posible avanzar hacia los objetivos de reducción del desperdicio alimentario de La Agenda 2030, u Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En este contexto, la compañía lanza una serie de recomendaciones dirigidas a las empresas para abordar este desafío de manera más eficiente y responsable.
Recomendaciones clave para optimizar los excedentes
Con el objetivo de prevenir el desperdicio alimentario, Phenix propone las siguientes claves para una gestión más responsable y sostenible, sin perder rentabilidad y eficiencia:
- Hacer un seguimiento riguroso del excedente y el desperdicio. Medir y registrar los productos no vendidos y los que se acaban desperdiciando permite identificar patrones, detectar puntos críticos y aprender de cara a futuras temporadas.
- Planificar de forma realista y optimizar el inventario. Analizar las ventas de años anteriores, los hábitos de consumo en este periodo y los niveles de rotación de productos permite ajustar los pedidos al comportamiento real del consumidor. Una planificación basada en datos reales ayuda a alinear la oferta con la demanda y a minimizar el excedente desde el origen.
- Optimizar la valorización del excedente. Utilizar herramientas de valorización del excedente de manera estratégica, (como descuentos de última hora, cestas sorpresa o donaciones ayuda a dar salida al producto,) para sacar la mayor rentabilidad de los productos no vendidos, evitando su desperdicio y generando impacto positivo.
- Los descuentos son una buena herramienta, según la AECOC, el 69% de los consumidores señalan que valoran positivamente los descuentos en productos próximos a caducar.
- Priorizar la venta de productos más antiguos y visiblemente imperfectos. Asegurar que los alimentos perecederos más antiguos o con algún defecto estético (pero con la misma calidad) tengan su espacio de venta específico para evitar que se olviden y desperdicien.
- Donar productos en buen estado. Priorizar la redistribución de los productos no vendidos a asociaciones benéficas, para darles una segunda vida, teniendo en cuenta las normas de seguridad alimentaria e higiene para asegurar una donación segura para todos, y cumplir con todos los requisitos legales y fiscales para poder optar a ventajas fiscales.
- Concienciar al consumidor. Implicar al cliente final es clave para promover un consumo responsable y dar visibilidad a las acciones contra el desperdicio, favoreciendo así un cambio de hábitos duradero. Sin ir más lejos, según el último barómetro de AECOC elaborado en colaboración con Phenix, el 62 % de los consumidores afirma que elegiría su supermercado en función de las iniciativas que este implemente contra el desperdicio, lo que demuestra que este factor puede influir directamente en la fidelidad del cliente.
El desperdicio alimentario es un problema global que requiere soluciones compartidas. Las empresas, las administraciones y los consumidores, tienen un papel clave. Desde Phenix hacen un llamamiento a la ciudadanía para que adopte hábitos de consumo más conscientes, evitando el derroche y valorando cada alimento. Solo con la colaboración de todos lograremos reducir significativamente el impacto ambiental del desperdicio y avanzar hacia un modelo más justo y sostenible.
“El desperdicio alimentario es una amenaza directa para el planeta y un síntoma de que debemos replantearnos nuestros hábitos de producción y consumo. En Phenix trabajamos para ofrecer soluciones concretas que ayudan a reducir el impacto ambiental de la cadena alimentaria, y creemos firmemente que cada pequeño gesto cuenta”, concluye Pauline Bertin, Chief Sales Officer de Phenix a nivel global.